Portugalete, Mayo del 2018

Para conocer al pintor Higinio Polo, solo hace falta emplear un poco de tiempo y  descubrir al hombre por la obra. Su pintura refleja la modestia de su propia vida.

Hijo de emigrantes procedentes de Asturias, donde nació, la familia se instala en la margen izquierda del Nervión, donde se ubica toda la mano de obra necesaria para el auge de la industria y la minería.

Estudia y habita en Portugalete y ya adulto se inscribe en 1928 en la Escuela de Artes y oficios de Achuri, donde se decanta por el dibujo y la pintura.Esa formación le servirá para representar, desde su mirada, su entorno para dejar en imágenes su huella para la memoria colectiva.

El conocimiento de todas las técnicas del dibujo le proporciona sistemas para bocetar proyectos futuros, donde aparecen anotaciones de los colores que llevarán los distintos espacios, o paisajes más elaborados. Estos dibujos, para los que usa lápiz, carbón, sanguina o tinta, se concentran en representar figuras humanas en distintas posturas, sean modelos vivientes o esculturas que son toda una lección de anatomía. Un apartado más importante, es su maestría en la multitud de retratos de personas de todas las edades y condición que  expresan todos los signos de vida del retratado, con ademán de abandonarse en alguien que admiran y los admira y que forman parte de su entorno en cualquiera de sus múltiples localizaciones.La pintura, ese soporte más importante, en cuanto a su permanencia en el tiempo, es el que empleará para transmitir las sensaciones que le produce la naturaleza en todas sus variantes, paisajes, naturalezas muertas o retratos. Pese a ser y por ser uno de los llamados “pintores pobres”, su ética política también le lleva a crear grandes obras de exteriores e interiores habitados de personas  que representan los modos de vida de su tiempo y su entorno.

Conociendo ese bagaje, podemos viajar con él por su vida.

Siendo  estudiante en la escuela de Achuri, en los veranos visita los pueblos de sus padres en Salamanca y Asturias donde pinta una serie de retratos de su familia y gentes del mundo rural incluido un charro con su típica indumentaria.

De esa escuela  sale  en 1933 un colectivo de artistas, que reivindican ayudas y lugares para exponer, forman la Asociación Unión Arte.  El grupo comienza a hacer exposiciones y la crítica  distingue a Polo. A partir de entonces encuentra compradores y en cargos como el mural de ANV, dos cuadros grandes “Marinos” y “Labradores”, ahora recuperados  y que se encuentra en el Ayuntamiento de Baracaldo.

Enrolado en el ejército republicano, la guerra civil  le hace exiliarse en Francia.

Siempre artista, sigue trabajando. De su estancia en el centro del país vecino podemos conocer el campo de concentración de Argeles, los   interiores  de miseria de posguerra habitados de escenas domésticas , paisajes y retratos de franceses característicos. Evidentemente visitó Paris  dibujando rincones seleccionados en sus paseos, donde fue a  participar en exposiciones colectivas.

A pesar de que en España se mantiene la dictadura franquista, en el 53 regresa a España, a Madrid donde vivía su madre. Pinta los paisajes de Gredos  y rincones de la capital y aprende a grabar sobre metal. Dos años después, buscando sus raíces en un país oscuro y falto de libertades y donde cualquier actividad, hasta el arte podía ser subversivo, se instala en casa de su hermana en Baracaldo. Ese año 55 expone en la Sala Arte de Bilbao los paisajes industriales de la ría y panorámicas de Algorta. Conecta con los artistas del momento y participa de las reuniones culturales en casa de Francisco Panera, un pequeño industrial que los ayuda y les consigue encargos de amigos de su entorno. Pero, en el 58 la Político Social hace una redada del Partido Comunista al que pertenece y le van a buscar. Avisado huye a Marruecos donde vive un hermano. Pinta lo que ve,  numerosos paisajes luminosos y calles recoletas, arcos árabes y mezquitas,  con trasiego de gentes con chilabas y mujeres embozadas en su vida cotidiana. Conoce allí a la que será su esposa y en el 59 regresa para casarse y  vivir en Cantabria, donde ella ejerce de maestra.  Es evidente reconocer las obras creadas en esa zona de Potes, donde de la composición vertical de las montañas como fondo,  cuelgan las casas y aparecen las calles empinadas.

Siguiendo los itinerarios de la maestra rural, aparecen en Oceño (Asturias). Peñamellera Alta, donde como su nombre indica, era un aldea en los Picos de Europa, de muy difícil acceso y que la mitad del año estaba nevada.Con motivo de su larga permanencia en esa situación de aislamiento, la producción pictórica fue muy numerosa, aunque la totalidad desprende una oscuridad evidente. La mayoría de  los temas  proceden de animales muertos,  algún retrato en interiores míseros de personas mayores, bodegones,  y  en verano, paisajes de los alrededores. También unos cuadros magníficos de concepción muralista, los niños acarreando leña, un paisaje nevado con una persona protegiéndose del frío y un niño pastor mirando al infinito de la profundidad de la montaña escarpada . Todos, una representación de la dificultad de vivir.

Nuevo traslado. Ahora a La Revilla  en Cantabria. En la primera mitad de los 70 expone en Oviedo y varias veces en Cantabria. Y de nuevo traslado a Madrid.

Jubilada Mª del Carmen, su esposa, se instalan definitivamente en  Renedo de Píelagos , Cantabria donde muere en 1989.

 

Revisando y estudiando el patrimonio familiar en los últimos años, sorpresa tras sorpresa, por esa curiosidad,  se me han desvelado los secretos de la historia  del mundo que me rodeaba desde la infancia. Poder explicarme  lo desconocido de lo vivido.  Revelar ese tiempo escondido pero indispensable de lo que ha sido la evolución política y social de este país a través del arte de autores olvidados, o marginados.

 

El subdesarrollo, la incomunicación exterior y la falta de libertades durante la dictadura de Franco, era el decorado exterior  en que se encontraba  el entorno familiar y del mundo de la cultura. Todo, hasta el arte, era subversivo. Mi padre un pequeño industrial sensible y ávido de conocimiento, se interesaba por las actividades que iban surgiendo con dificultad. De esta manera conoce los movimientos artísticos de la ciudad  y entabla amistad con muchos de sus miembros. Eso le empujará a, dada la precariedad económica de estos,  ayudarles,  consiguiéndoles encargos de miembros de su entorno y a adquirir algunas de sus obras. Era una selección de estilo figurativo de muy buena ejecución, que desprendía un misterio que les hacía diferentes a otros artistas que mostraban las galerías de la época.

La casa familiar  se vestía de cuadros y esculturas de estos amigos y en  las reuniones que se celebraban con ellos, mi madre los agasajaba  cocinando para  cenas de conversaciones interminables donde podrían  converger ,músicos, poetas y artistas.

Vivir rodeada de esas obras y conocerlos solo de visita, me había impedido  la comprensión de su creación en toda su intensidad, puesto que es fundamental el conocimiento de la personalidad y el contexto del autor para recibir la comunicación de los mensajes y sentimientos  que desprende. Es un mundo enorme de sensaciones que están en ella para  que podamos alcanzarlos.

En mi memoria y los datos documentales, se encuentra entre otras personalidades, Higinio Polo, que aparece en nuestra casa en 1957 enseñándonos a dibujar  en Bilbao y pintando paisajes en nuestros veraneos  en Arrigúnaga. Acababa de volver de su exilio en Francia. Recuperando datos he sabido que también en ese tiempo, participó en  el decorado que estaba detrás de mí en la actuación en el teatro Arriaga de los ballets de Wladimiro y Ludmila (niños de la guerra de la Unión Soviética)  profesores en la sede de los sindicatos verticales, donde mi hermana y yo practicábamos la danza clásica en esos años,  era la obra de Polo y Balsa, el que fuera mi profesor de pintura desde el 63.

Un año después desaparece de nuestras vidas.

En 1958 se produce una redada importante de miembros del partido comunista. Esa es la fecha en la que la policía político social  va a buscar  a Polo a la casa de su hermana  y que origina  una huida a Marruecos inevitable, donde vivía su hermano.  Alli sigue pintando y esa obra la conozco en la exposición de mi galería, tras la búsqueda y localización de José Maria Arenaza que escribió el catálogo. Era una buena muestra  representativa  de la influencia del medio en su quehacer, optando por transmitir con un color luminoso paisajes y escenas de una cultura desconocida.

Mi presencia en el reencuentro fue en 1970 llevando a mis padres en coche a Oceño, destino de la maestra  Mª del Carmen, su esposa. No puedo olvidar ese viaje por una estrecha pista sin asfaltar, eludiendo el vacío de la izquierda  del empinado desnivel hasta Peñamellera Alta donde vivían, y mi madre en tensión, sin poder mirar, arrepintiéndose de acompañar a mi padre en sus aventuras. En aquellas pocas casas primitivas en la cima del monte, exentas de las más mínimas comodidades, con las gallinas paseándose entre el pedregal, encontramos a la cariñosa pareja que nos agasajó. Tuvimos la oportunidad de ver en directo, la ingente obra pintada por Higinio. Eran temas oscuros y míseros como el inhóspito lugar. El regreso, por el mismo camino, con el gran cuadro de “La nieve” en la baca, representación magistral de su ámbito de vida, esperando no tener  que cruzarnos con nada ni nadie, por aquella estrecha pista.

Sé que posteriormente mis padres se volvieron a ver en Cantabria, pero yo no volví a ver a la pareja.

Al cabo del tiempo y de dedicarme al mundo del arte, he comprendido lo importante que es conocer el entorno de vida de los artistas para la mejor comprensión de sus obras u valorarlas. Por esa experiencia he retomado ese colectivo desconocido y abandonado de la historia del arte de nuestro país, con el que  convivía desde la infancia y que voy consiguiendo ilustrar, a algunos de ellos, con las circunstancias biográficas que los han hecho desaparecer.

El trabajo biográfico que encargué a José Mª Arenaza contiene lo conseguido de su biografía. La mayoría de los datos  fueron posibles, gracias la casualidad de conocer a su sobrina Maite Urcullu, cuando mandé a restaurar uno de sus cuadros. Era restauradora de la Diputación de Vizcaya, y ella me informó del encuentro del deteriorado  mural que se encuentra ahora en el Ayuntamiento de Baracaldo.

El catálogo que publiqué para la exposición en Galería Aritza  de Higinio Polo en el centenario de su nacimiento, fue mi homenaje. Como me dijo un crítico de arte “yo creí que estas cosas las hacían las instituciones “, pero le contesté que la recuperación de la  memoria es necesaria hacerla por todos y para todos. Si no lo hacen, alguien tendría que sacarnos de la amnesia y difundirla. Mi interés en transmitir y dar a conocer  los descubrimientos de muchos de estos artistas, que han sido abandonados en el olvido y que necesitan un  reconocimiento social, considero  que es un deber. Su obra y toda su trayectoria de vida es una aventura apasionante y una parte de nuestra historia.

 

15- ¡Un pintor famoso en el Rosa Luxemburgo!